Un blog super rete suave... a la petatiux

Cosas que se me ocurren de vez en cuando...

martes, abril 19, 2005

Una experiencia del mas allá


El pasado jueves experimenté una de los episodios más extraños que mi breve estancia en esta vida me ha permitido tener a la hora de realizar una de las rutinas humanas: ir al baño... o como muchos de nosotros cariñosamente le llamamos, hacer pipí.

Pues bien, la historia comienza con mi estancia en el edificio de una importancia compañía aseguradora, que por motivos de derechos de autor omitiré el nombre... cabe decirles que esta compañía estABA siendo dirigida por un tal Lankenau... muy rico el señor, pero terminó en la cárcel por babotas... o más bien, tuvo mala suerte.

Volviendo al tema, tuve mi clásico anuncio corporal, que me indica que es hora de una visita a miarbolito favorito... el escusado... Sin embargo, pues es muy raro que los hombres usen un escusado cuando está disponible algo mucho mas práctico... el legendario MINGITORIO.

Mujeres, para aquellas de ustedes que no hayan tenido la traumatizante experiencia de entrar a un baño de hombres (algo sobre lo que me veo forzado a comentar en el siguiente párrafo), permítanme aclararles lo que es este vital enser sanitario. Se trata de un dispositivo que tiene el fin último de conducir la orina al desagüe. La palabra último debe de estar acompañada de la palabra único, ya que este aparato NO está diseñado para conducir ninguna otra cosa al desagüe.

Empieza paréntesis. Prometí hablar sobre el baño masculino... solo quiero decir una cosa... los baños de hombres, son, total, final, absoluta, increíble, impactantemente asquerosos. ¡Si! ¡Es asqueroso! No se porque, pero los sanitarios que utilizamos nosotros siempre terminan siendo un campo de guerra. No me explico porque, pero todos son así... o terminarán siéndolo cuando un hombre asuma su total control. Cierro paréntesis.

Después de desahogar mi frustración lustraria, o sea, de varios lustros, continuaré con el relato. Unos años para acá, los mingitorios cuentan con un aparato que percibe la presencia del ser masculino, y realiza la función del flush cuando uno se retira del sitio. Pues, este era totalmente diferente. Puedo confesar que todavía no salgo de mi impresión y de mi miedo. Este mingitorio estaba poseído. En el momento en que me paré frente a él, empezó a emitir unos ruidos misteriosos, que solo los había escuchado a mis espaldas cuando terminas y te diriges a lavarte las manos (la limpieza ante todo) Esta vez, iniciaron conmigo de frente, como si no me tuvieran miedo de mí. Una presencia fantasmal invadió el cuarto, y solo escuche como corría el agua. Yo no me podía detener, así que inicie lo mió, con la impactante sorpresa que el mingitorio empezó a hacer agua.

Esta agua, es obviamente para diluir los líquidos tóxicos, y se vuelvan menos peligrosos. Pero, el procedimiento normal es que empiezan su camino al desagüe después de terminar de hacer pipí, no antes. Pero no, este mingitorio poseído por el demonio no jugaba con las mismas reglas de este mundo. Pero, eso no fue lo más escalofriante, sino lo que está por venir.

Yo escuchaba y venía como corría el agua, por lo que, asustado, comencé a apurar el paso, para salir cuanto antes de ese lugar de mal. Pero, como ya dije, este lugar no se guiaba por las reglas que tú y yo conocemos (ni los demás baños de hombres, que son fuera de este mundo, se comportan así) El mingitorio empezó a llenar su contenedor a una tasa especialmente preocupante... y el agua crecía y crecía, crecía y crecía.

Empecé a sudar frió, y a meter presión a mi cuerpo. A pesar de que sentía que todo iba más rápido, simplemente no veía el fin de todo esto. Y el agua, crecía y crecía.

Los sonidos de agua combinados resonaban por todo el cuarto, taladrando mis tímpanos, haciendo que poco a poco empezara a perder la razón y el control. Y el agua crecía y crecía.

Maldecía, ¡OH! ¡Cómo maldecía! Maldecía al espíritu endemoniado que controlaba la voluntad de tan fiel elemento de los baños, maldecía los vasos de agua que había tomado unas horas antes, maldecía a ABA|Seguros(ups, se me salio) por no clausurar este lugar tan peligroso. Y el agua crecía y crecía.

Por fin, una luz en el túnel. Sentí que todo había terminado, así que me aliste, Corp. al lavamanos más cercano, me esterilice, y corrí... corrí como nunca había corrido. Y el agua, crecía y crecía.

No se el final de la historia, y no tengo ninguna explicación para lo que sucedió durante y después. Pero, es en las noches en donde me ataca el terror, cuando vuelvo a pensar en ello. Calmo mi conciencia diciéndole que como no hubo noticias, lo más probable es que todo terminara a tiempo antes de una catástrofe. Sin embargo, se que él sigue ahí, esperándome, paciente de que vuelva a perder el control de mi mismo, y visite con desesperación ese lugar, para al fin, terminar lo que empezó... y el agua, crecía, y crecía...

4 Comments:

  • At 10:47 a.m., Anonymous Anónimo said…

    Otto, creo que tú y yo tenemos que hablar... yo conozco lo que sentiste, pero no me había atrevido a contarlo, por el sincero terror a ser llamado loco...
    Ahora no me siento solo...
    Y por cierto, ¡qué mala ortografía!

     
  • At 2:12 p.m., Blogger Ana Molkas said…

    ¡Qué fortuna ser mujer! (lol).

    Coincido con andrés -muy mala ortografía.

     
  • At 3:02 p.m., Anonymous Anónimo said…

    otto ya escribe algo nuevo!!!

     
  • At 1:18 a.m., Anonymous Anónimo said…

    no sé qué es más escalofriante: lo que te sucedió en el baño, o bien, que lo hayas escrito!!! y coincido con ana ;) éxito foz con tus escritos!!

     

Publicar un comentario

<< Home