Soledad 1

Escribí esto hace casi 7 años... un vistazo a mi alma en ese entonces...

He llegado a la conclusión de que la soledad es mi estado natural; siempre he estado solo, me gusta estar solo y es casi imposible abrirme a los demás. ¿Si esto es cierto, porqué duele estar solo? ¿Será entonces que el dolor me acompañará siempre, no importando, cómo, con quien o donde me encuentre? Me agrada la soledad, pero no me gusta el dolor. Una vez intenté dejar a un lado mi soledad acercándome e involucrándome con una persona. La quise, aprendí y viví cosas nuevas, pero no puedo decir que fui feliz; no lo fui porque el dolor nunca desapareció. ¿Será porque lo intenté con la persona equivocada, o, simplemente la compañía de alguien que me quiera es insuficiente para ahuyentar mi dolor? El inconfundible sentimiento seguía ahí, pero el ejemplo de una persona muy querida me dio la pauta para intentar algo nuevo. Cambié, abrirme interiormente a una sola persona no había funcionado, ahora lo intenté exteriormente con muchas. Esto me ayudó a olvidar al dolor, pero solo por un tiempo. Mi nueva faceta sólo escondió el sentimiento, no lo desapareció. Ahora me enfrento a la necesidad de probar algo nuevo. ¿Abrirme interior y exteriormente será la solución? ¿Podrá ser el dejar por completo la soledad la fórmula para dejar el dolor de una vez por todas?

Un príncipe y un caballero

Ella espera a un príncipe en reluciente armadura, el príncipe azul del que todos hablan. El la amaría como ningún otro, protegería de todo, la llevaría de baile tras baile, conociendo a más y más gente igual de interesante, y viajaría con ella a los lugares más increíbles de este mundo.
En su lugar, yo me presenté... un valiente caballero de carne y hueso. No duró mucho para que volviera a deslumbrarse por el sueño de otro príncipe.